La inspiración está en todas partes.

En una página web, en una cuenta de Instagram, en un libro, en una canción, en una entrevista, en la meditación, en un estilo de vida, en alguien; en una conferencia, en un viaje, en un desayuno, en una taza de té…

La inspiración es sentir “algo” con lo que nos identificamos y sentimos placer al experimentarlo. Por ello la inspiración nos acerca a la felicidad; ¡es más! diría que es la felicidad en sí misma. Resuena con nuestra historia, con nuestras metas, con nuestras aspiraciones; nos ayuda y anima a que vayamos a por ellas.

Por otra parte, inspirar del latín “inspiratio” consiste en coger aire del exterior y llevarlo a los pulmones. Algo de fuera de nosotros entra en nosotros para cambiarnos y da comienzo un proceso creativo que nos ayudará a sentirnos bien y a encontrar la forma de adaptarnos a nuestra vida cambiante.

 

“Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tu mismo”
(Aldous Huxley)